Cuando llenar la piscina se convierte en un experimento químico (y no de los divertidos)

Mi vecina (en Alicante), esa que siempre tiene la piscina más limpia que una sala de hospital (la mantiene ella personalmente con 66 años) , llegó un día con cara de horror.
“He llenado la piscina, le eché el cloro y el pH juntos, y ahora tengo un charco marrón que parece café con leche.
¡Ayúdame, que me matan en casa si tengo que vaciarla otra vez!”.

Ahí es cuando supe que el verano iba a ser largo.

Porque claro, alguien en la tienda de piscinas – seguramente el primo lejano de Einstein – le aseguró que mezclar cloro y corrector de pH era “totalmente seguro”.

Spoiler: NO LO ES.

Lo único seguro es que esa combinación es como mezclar gasolina y cerillas… mala idea.

Diagnóstico express: "Houston, tenemos hierro."

Después de tranquilizarla (y de convencerla de que no iba a tener que vender un riñón para volver a llenar la piscina), le expliqué lo que realmente había pasado.

Su maravillosa agua de pozo venía con un regalo sorpresa: hierro disuelto.

Cuando el cloro entra en acción, ¡bam!, oxidación instantánea y el agua se tiñe de un color marrón sospechoso.

Y claro, ahora venía la pregunta del millón:

¿Cómo demonios arreglamos esto sin volver a vaciar?


Plan de rescate piscinero

  1. Elevar el pH, pero con cabeza 🧪
    Nada de aventuras químicas improvisadas. Le dije: "Vamos a subir el pH hasta 8,5 con sosa cáustica y verás cómo el hierro se precipita como por arte de magia." Porque aquí no se trata de hacer brujería, sino de seguir la ciencia.

  2. Sobredosis de cloro (pero bien hecha) ☠️
    No, no es que queramos que huela a piscina publica, pero si no metemos suficiente cloro, el hierro seguirá nadando feliz en su piscina marrón. Así que le dije: "Vas a ver cómo en un par de horas el agua se vuelve turbia... ¡pero por una buena razón!"

  3. Floculante, el héroe anónimo 🦸
    Le enseñé cómo aplicar un buen floculante para juntar esas partículas marrones en el fondo de la piscina, porque sí, el filtro de arena es útil, pero no hace milagros con partículas microscópicas.

  4. Aspirado con precisión quirúrgica 🧼
    Aquí no vale ser torpe. Le advertí: "Pasa la barredera con más cuidado que si estuvieras desactivando una bomba, porque si remueves el hierro, te toca empezar de cero."

  5. Secuestrante de metales: el arma secreta 🔐
    Finalmente, le recomendé un secuestrante de metales para asegurarnos de que el hierro no volviera a arruinarle el verano. ¿Lo venden en la tienda? Sí. ¿Te lo cuentan cuando compras los productos? Ni de coña.


Conclusión: No te fíes del “primo del experto”

Si tienes agua de pozo y alguien te dice que mezcles productos sin pensar, recuerda esto:

La única forma de mantenerla cristalina es con cabeza, no con experimentos.

Si te ha quedado alguna duda puedes suscribirte mas abajo y escribirme por mail, te ayudare a resolver cualquier duda sobre las piscinas 

 

Un Abrazo.

 


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